miércoles, 1 de diciembre de 2010

La CNT no se identifica con UGT y CCOO

► Mientras la CNT sigue con su línea antipolítica y antiautoritaria los sindicatos de CCOO y la UGT se acercan cada vez más al Estado


En el mes de Noviembre de hace 100 años surgía en España una asociación de trabajadores llamada Confederación Nacional del Trabajo (CNT). La creación de la agrupación que defendía la rama de lo “antipolítico” y lo “antiautoritario”  llevaba cociéndose mucho tiempo; desde que Fanelli, enviado por Bakunin llegó a España en noviembre de 1868 y trajo consigo la semilla del movimiento anarquista.

La asociación que desde 1917 se asentó en la sociedad española como un movimiento de masas, servía de mediadora en los conflictos laborales entre los obreros y los patronos, intentando, a través de la acción directa y la autodefensa de los trabajadores, resolver los problemas que surgían en el trabajo.
Como comenta Juan Borobia, afiliado a la CNT en Teruel: “la CNT tuvo fuerza hasta 1936… Tras la Guerra Civil volvió a organizarse, sin embargo la firma de los Pactos de la Moncloa en 1977 volvió a dejar a la CNT en una posición complicada”.

Junto a la CNT convivieron, a partir de la Firma de los Pactos de la Moncloa, dos sindicatos que actuaban como grupos de presión ante el Estado; la UGT surgida en 1888 y CCOO surgida en 1976. Mientras CCOO y UGT han ido posicionándose cada vez más cerca del poder, incluso convirtiéndose en instituciones subvencionadas por el Estado, la CNT ha seguido los principios que defendía en su fundación: su impronta antiestatal y defendiendo en todo momento un sindicalismo independiente de los partidos políticos, además de mantenerse económicamente gracias a las cuotas de sus afiliados.

Uno de los puntos sobre los que divergen la CNT con CCOO y la UGT es, precisamente en el tema económico. Juan Borobia considera que la CNT “no se financia” con dinero público porque “el dinero no es la pieza clave” en un sindicato de trabajadores “al contrario” que CCOO y UGT que, debido a las subvenciones públicas, “su posición se encuentra más cercana” al Estado que a los trabajadores.
Además de las diferencias en el ámbito económico, la CNT se diferencia de los otros dos sindicatos mayoritarios en que sus números de afiliados son menores. Aunque los datos de afiliación de la asociación anarquista no han sido publicados en ningún momento, se puede hacer una aproximación de unos 15.000 afiliados al sindicato. Por su parte CCOO y la UGT cuentan respectivamente con 1.203.000 y 888.000 afiliados, según sondeos recientes de las propias organizaciones.

Sin embargo, a pesar de que las diferencias entre los sindicatos mayoritarios y la CNT son evidentes, la huelga General llevada a cabo el pasado 29 de septiembre terminó por unir a los tres grupos de presión. CCOO, UGT y CNT trabajaron conjuntamente saliendo a la calle e intentando, a través de los piquetes, unir a la gente para que llevaran a cabo el paro.

Por el mismo camino de la huelga del 28 de septiembre, se han llevado a cabo otras huelgas a lo largo de la historia de los sindicatos. “Los datos siempre incompletos del Instituto de Reformas Sociales registraron 463 huelgas en 1918, una cifra que ascendió hasta las 895 de 1919 y las 1060 anotadas en 1920” según datos mencionados por Carlos Gil Andrés, profesor de Historia.

Las demandas que los sindicatos han querido conseguir con las huelgas han sido diferentes a lo largo del siglo XX. Mientras en los primeros años los sindicatos, según Carlos Gil Andrés, tenían objetivos como “la fundación de escuelas para las familias de los trabajadores, la abolición del trabajo a destajo o la prohibición de la mano de obra infantil”, en la actualidad los sindicatos exigen otro tipo de demandas ante el Gobierno como oponerse a las reformas laborales, al recorte de la protección social o al retraso de la edad de jubilación.






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