martes, 21 de febrero de 2012

La apertura de la prensa en los años 60


Corrían los primeros años de la década de los 60 cuando en España, a pesar de que la dictadura seguía vigente, la sociedad comenzó a experimentar algunos cambios. Se produjo un gran desarrollo económico y el país empezó a industrializarse. Esto conllevó un desarrollo social y las nuevas generaciones animaron al sistema político a liberalizarse. Ante esta apertura de la dictadura ámbitos como la prensa avanzaron en la misma línea que lo hizo la sociedad.

Fue Manuel Fraga Iribarne, nombrado por Franco en 1962 Ministro de Información y Turismo, quien supo ver la importancia que tenía la prensa en ese proceso de liberalización del sistema. Como pronuncia en su discurso en Bilbao el 13 de diciembre de 1965: “Todas las transformaciones políticas contemporáneas se han visto seguidas de cambios en relación con la prensa”.

Ante los nuevos horizontes que se abrían en España, Fraga promovió la institucionalización de la prensa. Para ello suprimió la denominada Ley de Prensa de 1938 y la sustituyó por la Ley de Prensa e Imprenta de 1966, mucho menos restrictiva que la anterior. Tal y como comentó en su discurso de Bilbao poco tiempo antes de la entrada en vigor de la nueva ley: “La conveniencia de sustituir la Ley de Prensa de 1938 se hace notar para que esta importante faceta de la información, dentro del marco del desarrollo político de las instituciones, responda a la realidad del momento”.

La nueva Ley de Prensa e Imprenta de 1966 supuso la supresión definitiva de la censura previa que había imperado hasta ese momento en España y la abolición de las consignas. Sin embargo, esta ley no instauró una libertad de prensa plena ya que contenía el denominado “Artículo 2” que limitaba la actividad periodística. Algunas de estas limitaciones perseguían “El respeto a la verdad y la moral” o “El respeto a las instituciones y a las personas en la crítica política y administrativa”, entre otras. Seguía habiendo multas y cierres de periódicos. Aunque eran sanciones más de tipo administrativo que penal.

A pesar de que la nueva ley no supuso la libertad total en la prensa sí que resultó un avance para la libertad informativa que se conseguiría años después durante el periodo de la Transición con su plasmación en el Artículo 20 de la Constitución de 1978. Además, con esta Ley se avanzó también en el desarrollo de las libertades individuales que, hasta ese momento de la Dictadura habían sido limitadas. Manuel Fraga hizo referencia a este aspecto en su discurso al pueblo bilbaíno en 1965: “No se puede ignorar la directa vinculación de la prensa con el derecho del individuo a expresar libremente sus ideas”



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