El Pensador y El
Censor fueron dos de las publicaciones que inauguraron la prensa de
crítica social y de costumbres en el siglo XVIII. Ambas divulgaciones tenían
como objetivo principal el educar a la sociedad de la época y los dos eran
periódicos propios de la
Ilustración. Pero ¿que similitudes y diferencias se podían
encontrar entre ambas publicaciones? ¿Ambos centraban sus críticas en los
mismos colectivos?
El Pensador fue el primer
modelo de prensa crítica en España. Su sátira era irónica con la pretensión de
generar debate entre los lectores, lo que aumentó la fama de la publicación.
Sin embargo fue un periódico especialmente blando con los entonces pilares
básicos de la época. No cuestionó en ningún momento a la religión, la sociedad
de clases o la monarquía absoluta sino que se centró más en cuestiones
superficiales. Como se muestra en “El Pensador, t. III, Pensamiento XXVIII, pp.
4-5” , no se cuestiona a la Iglesia Católica o a la religión,
sino que se critica la carencia evidente de los hombres a la hora de
santiguarse o la irreverencia en la iglesia (No es chanza: la mayor
parte de los hombres no saben santiguarse). Este ejemplo muestra de una
manera muy evidente como la crítica de El Pensador es meramente superficial
ante los problemas de la sociedad. Puede considerarse pues una publicación que
no tocaba temas polémicos.
Por otro lado, El
Censor fue una publicación también de crítica social y de costumbres
pero con un sentido mucho más radical; no se quedaba en la forma de las cosas
sino que pretendía llegar hasta el fondo de la cuestión. Sus sátiras se
centraban en temas tabú de la época: critica a algunos nobles (vagos e
inútiles), a la iglesia católica (estaba vigente la inquisición) y al sistema
judicial. En este extracto “Discurso
LXXI, pp.66-67” podemos observar como se critica a la Iglesia Católica por sus
excesivas riquezas en tiempos de hambre para los más pobres (Ha habido
en nuestros tiempos años crueles, en los quales familias enteras perecieron de
hambre. ¿Y hay acaso noticia de que los tesoros de las Iglesias se hayan por
eso disminuido en un punto?).
A modo de conclusión se puede
afirmar que tanto El Pensador como El Censor fueron dos publicaciones
que acercaron a nuestro país la prensa de crítica social y de costumbres y que
ambas tenían como objetivo educar y crear un debate. Sin embargo, aunque ambas
divulgaciones buscaban la polémica los temas de sátira no eran los mismos.
Mientras El Pensador se ceñía a una crítica meramente trivial, El
Censor se imbuyó en el cuestionamiento a los pilares básicos de la
época, lo que incluso le provocó un año de inactividad por censura. Con estas
dos publicaciones se inauguraba la prensa de crítica social y de costumbres en
España y, aunque El Censor fue más radical que El Pensador, ambos fueron
claves para crear polémica en la sociedad, algo que no había ocurrido con otro
tipo de prensa.
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